Practicar la resiliencia ayuda a calmar emociones y readaptarse a una nueva realidad

Martes, 19 Enero 2021 - 7:15pm

Chiclayo en Línea.- La pandemia por la COVID-19 está alterando las emociones de las personas generando sentimientos descontrolados e irregulados que pueden llevar a conductas desadaptativas expresándose a través de la rabia. La práctica de conductas resilientes ayudará a calmar la frustración.

Así lo señaló la Dra. Sonia Zevallos, directora de la Dirección de Adultos y Adultos Mayores del Instituto Nacional de Salud Mental del Ministerio de Salud, manifestando que en el inicio de la pandemia la emoción principal era el miedo; pero en el transcurso de los 10 meses han marcado otros sentimientos como la frustración y cólera que pueden desregularse y quizá difíciles de controlar. En tal sentido, sostuvo que se necesita transformarlas para poder readaptarse a una realidad que ya cambió y adaptarse a una nueva normalidad.

Rechazo a la mascarilla es una conducta desadaptativa

Subrayó que las emociones negativas conllevan a conductas desadaptativas; entre ellas la negación al cumplimiento de las normativas, el rechazo al uso de la mascarilla, la falta de empatía y echar la culpa al otro es como la persona expresa su manera de reflejar su rabia y frustración a no poder ejercer sus derechos a la vida.

Otros tratan de evadir mediante la negación a la realidad o mediante el abuso de sustancias psicoactivas. Por ejemplo, salir masivamente y consumir alcohol en los bares sin usar la mascarilla para olvidarnos de esta realidad nos lleva a sentimientos de ira y frustración, subrayó.

¿Cómo canalizamos la frustración?

La especialista resaltó la importancia de la práctica de conductas resilientes. Para ello recomendó que es muy importante que las personas mantengan sus redes de contacto que van a ayudar a transmutar las emociones negativas, destructivas y canalizarlas hacia emociones positivas, lo que finalmente va a construir la resiliencia que es justamente la capacidad que tienen los seres humanos de saber afrontar las situaciones catastróficas que ponen a prueba y poder resurgir.

En ese sentido, el estar solo con un distanciamiento físico no necesariamente implica un distanciamiento social.

Mantener el vínculo con los familiares o amigos se puede lograr por conexión telefónica, redes sociales o plataformas virtuales que si bien no suplen el contacto físico si pueden suplir el contacto emocional.  “Debemos adaptarnos y utilizar los medios que tenemos a nuestro alcance para estar en contacto con las demás personas” señaló.

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