Chiclayo en Línea.- ¿Eliminar la minería como modelo de desarrollo o promover una minería responsable? Esa siempre ha sido la premisa marcada en los conflictos socioambientales de los últimos años debido a la presencia de esta actividad extractiva que es vista con recelo por las poblaciones de las zonas de influencia, debido a las experiencias negativas en diversos momentos.
El discurso de las ganancias por el canon minero y el pago de impuestos es uno de los principales mensajes utilizados por empresarios y políticos que promueven el desarrollo de la actividad minera, y en términos reales debería ser el impulso necesario para convencer a la gente y optar por acciones donde la gente sea la verdadera beneficiada.
Pero ¿qué ocurre cuando hay dinero y no es bien administrado? ¿Qué pasa cuando las regalías no son bien invertidas o cuando el canon se utiliza para monumentos extraños o piletas ornamentales?
Cajamarca, por ejemplo, recibió por canon minero abundantes recursos, pero muy poco de ellos se orientaron hacia proyectos de infraestructura hídrica para hacer de su agricultura próspera y moderna. Lo mismo podemos observar en Ancash, cuyos cuantiosos recursos se orientaron hacia la corrupción de sus autoridades.
Arequipa parece ser también otro ejemplo de esta mala política. Sus actuales autoridades: gobernador y alcaldes de la provincia de Islay se han manifestado contra el proyecto minero Tía María. En verdad, la posición de estas autoridades y de las organizaciones que respaldan o promueven esta protesta tienen un discurso bastante claro y contundente ¡Agro Sí, Mina no!
Sin embargo, una revisión presupuestal nos deja ver que el Gobierno Regional de Arequipa recibe por recursos de canon minero y regalías mineras importantes aportes anuales que han solventado su presupuesto regional. Más aún, la mayor parte de ese recurso se orientó hacia gastos de la sede central, vale decir, en sostener la administración del gobierno regional.
Hay una oposición a la minería pero en algunos casos no hay mayor rechazo hacia los recursos que ésta genera para poder sostener las administraciones regional o municipal en vez de orientarlos hacia la elaboración de proyectos agropecuarios o de mejora de la infraestructura hídrica.
¿Les interesa o no a las autoridades regionales y municipales dirigir recursos hacia el agro y a proyectos de infraestructura para el uso de los recursos hídricos? En los cuadros que adjuntamos, se ve el presupuesto de los últimos 9 años sobre la base de las regalías y el canon minero.
Insistimos, en vez de piedra y palo, el Estado debe garantizar estrategias para una minería responsable, con protección ambiental adecuada con arbitrajes de cortos períodos de tiempo para el pago de fianzas en caso de irresponsabilidades que impacten contra la zona de influencia y con propuestas alternativas y viables de desarrollo. Y desde las autoridades regionales, se espera responsabilidad política y económica en el manejo de estos conflictos.(Por Otra Mirada)
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