
Chiclayo en Línea. - Luis Diez Canseco, decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Humanas de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP), advierte que los proyectos culturales enfrentan hoy un desafío: protegerse legalmente frente a la copia o el uso indebido. “La propiedad intelectual no solo defiende los derechos de los creadores, también resguarda la diversidad y riqueza cultural del país”, subraya el especialista, al explicar cómo artistas, colectivos y gestores culturales pueden cuidar su trabajo y legado en un mundo cada vez más digital.
La cultura también es propiedad intelectual
La música, los libros, las artes plásticas, la arquitectura, el cine, el folclore y las expresiones tradicionales forman parte de la propiedad intelectual. “Constituyen aportes al conocimiento y a la cultura que deben ser protegidos para evitar que sean usurpados”, afirma Diez Canseco.
Retos para los creadores
Uno de los principales desafíos es que muchos artistas y colectivos aún no interiorizan que sus obras ya están protegidas desde su creación. Sin embargo, no registrarlas ante Indecopi aumenta el riesgo de que otros las copien y comercialicen sin autorización. “El registro declara la existencia de una obra y establece una fecha cierta. De esa manera, cualquier copia posterior puede ser atacada como una infracción a sus derechos”, señala.
Beneficios para los artistas y colectivos
Registrar una canción, un logotipo, una obra artística o el nombre de un colectivo no solo fortalece la identidad del proyecto, también protege sus beneficios económicos. Así, músicos, productores audiovisuales, artesanos o ilustradores pueden comercializar su arte sin temor a que sea apropiado por otros.
Cultura, identidad y prevención
En tiempos en que las redes sociales permiten difundir obras con facilidad, la prevención es clave. “Las ideas compartidas sin protección pueden ser copiadas por terceros y hacer perder los derechos, incluso los monetarios”, alerta el decano.
El valor del registro
Para el especialista, el mensaje a los artistas es claro: registrar sus creaciones es un paso que brinda seguridad y respaldo. “La propiedad intelectual y la cultura van de la mano. Uno no existe sin el otro. Es importante que todos los creadores protejan sus derechos, más vale precaver que lamentar”, recomienda.
Para el decano de la UTP, registrar las obras culturales no solo es un acto de prevención, sino una decisión que puede marcar la diferencia en la trayectoria de un artista. “Si bien toda creación está protegida desde el momento de su existencia, el registro otorga fecha cierta y permite una defensa inmediata ante cualquier uso indebido”, remarca.
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