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Chiclayo en Línea. - La región Lambayeque aguarda la llegada de los restos de dos de los trece mineros asesinados en la provincia liberteña de Pataz, que eran originarios de Chiclayo y Ferreñafe.
César Augusto Rospigliosi Arellano, un agente de seguridad de 40 años originario de Chiclayo, residía en el pueblo joven 9 de Octubre de esta ciudad. Sus seres queridos, entre ellos sus menores hijos, lloran su pérdida y esperan poder rendirle un digno homenaje antes de despedirlo.
En su domicilio se ha colocado una fotografía y prendas para honrar su memoria. Emilia Rospigliosi Arellano, hermana de la víctima, expresó su tristeza y pidió justicia para su hermano menor.
En Ferreñafe, se ha instalado la capilla ardiente en la vivienda de Josué Carbonel Beltrán, de 32 años, otro de los trabajadores asesinados en Pataz. La comunidad exige justicia y mayor seguridad en una zona azotada por la violencia e ilegalidad.
OLA DE VIOLENCIA
Pataz atraviesa horas de profunda tristeza tras confirmarse la muerte de 13 mineros en un escenario marcado por enfrentamientos y violencia por el control de actividades mineras.
Según testimonios, estos agentes de seguridad, que trabajaban para la minera artesanal R&R, contratista de la minera Poderosa, fueron emboscados y secuestrados a fines de abril pasado; en la víspera se les encontró sin vida.
El sábado 26 de abril, delincuentes armados atacaron las operaciones de un minero artesanal en proceso de formalización con el que Poderosa mantiene contrato de explotación y secuestró a un grupo de sus trabajadores.
De acuerdo a la minera Poderosa, suman 39 los colaboradores, mineros artesanales y sus trabajadores ultimados por las bandas criminales que operan en Pataz.
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