Chiclayo en Línea. – Según la Contraloría General de la República (CGR), en los últimos años, el presupuesto total del Programa de Vaso de Leche fue de unos S/ 400 millones, pero a finales de mayo de este año, mediante decreto supremo, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), se transfirió S/100 millones a este programa, por tanto, este año los gobiernos locales dispondrán de S/500 millones para el programa social.
Al respecto, Rafael Zacnich, gerente de Estudios Económicos de la Sociedad de Comercio Exterior (Comex) del Perú, explicó a Correo que en función del costo promedio por beneficiario, en 2021, en el 2022 se habría gastado S/211 millones en hogares que no deberían ser atendidos.
Refirió que en 2022, de los 993 mil 798 beneficiarios, unos 554 mil 535 hogares no cumplían con la condición de pobreza.
“Es decir, el 55.8% de los beneficiarios no debían recibir la asistencia del Programa del Vaso de Leche”, comentó.
El programa, prosiguió, enfrenta problemas graves, especialmente en la focalización de los beneficiarios, considerando que el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), señala que acceden al Vaso de Leche quienes están en condición de pobreza o pobreza extrema, pero más de la mitad no cumple con este requerimiento.
“Poco o nada sabemos si se hace algo por reducir el nivel de filtraciones porque en la práctica hay hogares que no deben beneficiarse del programa, y hacen que otros, que si lo necesitan, no lo reciban”, manifestó.
Municipalidades
Zacnich señaló que, según el Midis, las municipalidades son las encargadas de ejecutar el programa, es decir, son responsables de llegar a la población objetivo.
“Son las encargadas de la selección de los beneficiarios, de hacer el filtro, de enviar el registro actualizado de usuarios inscritos cada semestre al Midis”, precisó.
Agregó que la incorporación de hogares no pobres radica en el análisis de los criterios de selección de parte de las municipalidades y la falta de corroboración por parte del ministerio correspondiente.
“Es importante enfatizar que, a pesar de lo simple que pueda parecer esta tarea, en la práctica existe el riesgo de no medir apropiadamente las condiciones de acceso. Por ejemplo, es probable que el equipo de las municipalidades carezca de la capacitación adecuada para determinar el poder adquisitivo de las familias”, explicó.
Ello se agrava, continuó, si consideramos que aquellos hogares más próximos a la línea de pobreza tienen incentivos para declarar erradamente (es decir, fingir ser pobres) con tal de acceder a la ración diaria de alimentos que otorga el programa.
“Debemos tener en cuenta que los recursos son escasos y que siempre deberíamos pensar en optimizarlos”, anotó.
En ese sentido, el representante de Comex dijo que es importante hace hincapié que existe una diferencia sustancial en el poder adquisitivo entre el ingreso mensual promedio del hogar correctamente focalizados (S/1,695) en el 2022 versus los hogares infiltrados (S/2,810).
Indicó que a pesar de esa diferencia de ingresos, al momento de determinar quienes acceden o no al programa, refleja una notoria falta de capacidades para supervisar las condiciones de elegibilidad u omisiones intencionales de las municipalidades.
“Ahora bien, ninguno de esos problemas se resuelve con un incremento presupuestal, el cual solo genera un espacio adicional para beneficiar a más hogares que no deberían acceder al programa. Esos recursos adicionales podrían haberse destinado a otras iniciativas mejor focalizadas o a concretar proyectos de inversión pública vigentes. Solo mediante una mayor fiscalización del programa y la capacitación técnica a las municipalidades se logrará utilizar adecuadamente el presupuesto de S/ 500 millones del que ahora dispondrá el programa”, puntualizó. (Fuente: diario Correo)
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