Chiclayo en Línea.- El ex banquero Guillermo Lasso no conocerá lo que es la luna de miel de la que gozan todos los mandatarios que inician su gobierno.
La pandemia y los enormes problemas que se han amplificado con ella en Ecuador han creado un escenario cuesta arriba para el nuevo mandatario de centroderecha. El mayor consenso en el país es que no hay tiempo que perder.
Además de lidiar con el COVID-19 y de agilizar una campaña de vacunación que ha tenido serias deficiencias, Lasso, un exbanquero de 65 años, enfrenta enormes retos en la etapa inicial de su gobierno, el primero de derecha tras 10 años de correísmo y 4 años de Lenín Moreno.
Y ha prometido que actuará rápidamente para solucionar lo más apremiante.
El politólogo ecuatoriano Sebastián Mantilla, director ejecutivo del Centro Latinoamericano de Estudios Políticos (Celaep), explica que entre los desafíos más urgentes destaca atender la crisis económica agudizada por la pandemia.
Priorizar la reactivación económica y la generación de empleo es crucial.
“En el 2020, debido a la pandemia, se perdieron 700 mil puestos de trabajo formales y el trabajo informal o subempleo se incrementó de manera alarmante. Además, tenemos una situación fiscal muy complicada, con un déficit que es aproximadamente del 8% o 9% del valor del producto interno bruto. En lo que resta del año se necesitan cerca de 8 mil millones de dólares para pagar sueldos y todo lo vinculado al sector público. El gobierno va a tener que hacer grandes esfuerzos para buscar ese financiamiento y ese es un problema que eventualmente puede afectar a ciertos sectores sociales”, dice Mantilla a El Comercio.
El analista considera que, si el gobierno pretende, como en el caso de Colombia, ajustar los impuestos, subir el precio de los servicios, de las gasolinas, de los pasajes, ello puede generar un enorme descontento social y problemas de gobernabilidad.
Por su lado, Mauricio Alarcón- Salvador, director ejecutivo de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, enfatiza que la demanda ciudadana para que los altos niveles de desempleo se reduzcan a la brevedad toma mayor relevancia si se considera que Lasso hablaba en su plan de gobierno de la creación de al menos dos millones de empleos.
“El reto ya no es solo con el país, sino con el ofrecimiento que hizo”, dice Alarcón-Salvador a este Diario.
Pero la economía no es el único reto urgente en Ecuador. A nivel social, la lucha contra la pobreza es otro factor que complica el panorama para Lasso.
“En Ecuador la pobreza ha aumentado del 23% al 32%. La pobreza extrema también se ha elevado, al igual que el nivel de marginalidad. Todos los indicadores sociales están en una situación muy delicada”, dice Mantilla.
Debido a la coyuntura, la salud también sigue en lo alto de las demandas. Lasso ofreció en su campaña vacunar a nueve millones de ecuatorianos en los 100 primeros días de gobierno. “La ciudadanía tiene altas expectativas respecto a esto dado que el gobierno de Lenín Moreno no logró cumplir con la meta bajísima de vacunar a dos millones de ciudadanos hasta el 20 de mayo”, dice Alarcón-Salvador.
Los problemas de seguridad también han ido en aumento en los últimos años y se han convertido en grandes preocupaciones para la población.
Mantilla explica que el aumento de la violencia se debe básicamente a “la incidencia de los cárteles mexicanos y el narcotráfico, lo que está relacionado con los problemas de delincuencia organizada. El Estado no ha tenido control de las cárceles como tal y se han dado ajustes de cuentas entre bandas presuntamente vinculadas con cárteles mexicanos como el de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación”.
Presión en el plano político
A nivel político la presión para Lasso es más grande aún. Aunque el mandatario tiene la posibilidad de lograr algunas ganancias rápidas que lo acerquen a la ciudadanía, por ejemplo, el tema de vacunación, su débil posición en la Asamblea Legislativa puede complicarle el panorama.
“Estamos ante un presidente que ni siquiera alcanzó el 10% del Parlamento por cuenta propia. Tiene apenas 12 de 137 legisladores y si bien ganó la presidencia y logró conformar una bancada de 24 asambleístas, ese número también resulta insuficiente para darle gobernabilidad. La situación por ese lado es bastante compleja”, dice Alarcón-Salvador.
(Foto: EFE/ Santiago Fernández).
Por su parte, Mantilla destaca que la alianza que ha logrado con fuerzas políticas es “débil y muy coyuntural”, por lo que muy posiblemente el presidente no vaya a tener apoyos para muchos planteamientos.
“Además, los partidos Pachakutik y la Izquierda Democrática han dicho que van a ser muy críticos con los procesos de privatización o concesiones, que Lasso ya anunció. Igual con el tema minero. Creo que eso va a generar rupturas y divergencias y va a dividir ese apoyo que Lasso puede tener eventualmente en el Congreso”, dice el politólogo.(Entrevista de Milagros Asto - El Comercio)
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